“White Mystery – Sala Ego Live,” Crónica
Posted Monday, February 4th, 2013 at 4:20 am
Alex -guitarra y voz principal- y Francis Scott Key White -batería y coros- son el combo de hermanos que da lugar a White Mystery, una banda de Chicago gustosa del más puro lo-fi con influencia de dúos tan populares como The White Stripes o, los sempiternos referentes en esta clase de formaciones, Flat Duo Jets. Pero Miss Alex White no es para nada una novata en estos pagos, más popular a través de Miss Alex White and the Red Orchestra, han sido numerosos conjuntos en los que ha militado. Desde que empezara su singladura en The Red Lights, la escena de Chicago -abrazada también por los sonidos de Detroit- hizo desarrollar el estilo de Alex, cuya cabeza voló tras descubrir a The Who. Y lo cierto es que la sombra de Pete Townshead sobrevuela cortes como Owerwhelmed o Dead Inside.
Con dos largos en su haber -White Mystery (2010) y Blood & Venom (2011)- y ante el inminente lanzamiento de su tercer álbum, Telepathic, los de Chicago están inmersos en su gira europea, con cuatro fechas en España; después, volverán a desplegar su música por la geografía estadounidense.
A través de una puesta en escena simple -apenas un pedal de distorsión complementa la guitarra Rickenbacker y el amplificador Orange de Alex- los hermanos White se subían al escenario de la Sala Ego Live. No había tiempo de parafernalias y asumieron su despliegue de decibelios con la mayor naturalidad. Con Miss Alex White situada de perfil a la frontal del escenario, asaltaron a los pocos allí presentes mediante su tema carta de presentación, de nombre homónimo a la banda, White Mystery. Pronto se pudo ver la electricidad que invade a Alex en el escenario y el despliegue físico de Francis a la batería. Siguieron con la enérgica Power Glove, cargada de poderío soul en la voz. La formación continuó sin ofrecer tregua aunque con algunos momentos más lineales que otros, pero en los que sin duda destacaba el frenetismo esquizofrénico de los interludios guitarreros. Un espíritu punk invadió por momentos en trallazos como 1985, aunque sin duda fue destacable Party, un corte con auténtica vocación sixties.
Casi sin haber interactuado con el público, y tras algo menos de una hora, los hermanos White se bajaron del escenario tras una breve despedida. Un concierto enérgico que contrastó con la falta de aforo y un ambiente caldeado a medias.
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